El Kremlin hace seguimiento a la actividad al considerarla como una provocación por parte de la OTAN y Ucrania
A pesar del rechazo de Rusia, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Ucrania, dieron inicio este 28 de junio en el mar Negro a las maniobras navales Sea Breeze 2021.
Se tratan -según reseñó EFE- de los mayores ejercicios en casi un cuarto de siglo que presuntamente buscan fortalecer la capacidad de disuasión en la región.
Fueron inaugurados en el puerto ucraniano de Odesa, donde se dieron cita representantes de los cerca de 30 países participantes, así como altos mandos de la Sexta Flota estadounidense.
Se desarrollan días después del incidente -cerca de la península de Crimea- con el destructor británico HMS «Defender».
Sea Breeze, contempla ejercicios de guerra anfibia y antisubmarina; operaciones de buceo y bloqueo marítimo; maniobras terrestres; defensa aérea; búsqueda y rescate; e integración de operaciones especiales.
Reúnen a 5.000 efectivos, 40 aviones, 32 barcos y 18 equipos de operaciones especiales y buceo.
Rusia cuestionó que los ejercicios fueran navales, debido a que gran parte de la acción se dará en tierra firme.
Además, el Kremlin consideró que el armamento tendrá como destino Ucrania y las unidades ultranacionalistas que luchan contra las milicias prorrusas en las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk.
Desde que Crimea se anexionó a las maniobras y la OTAN intensificó su presencia en la región, Rusia recrudeció su rechazo a los ejercicios militares cerca de sus fronteras y el mar Negro.
Moscú prometió hacer seguimiento a Sea Breeze 2021, teniendo en cuenta que considera la franja marítima que rodea a Crimea como suya, mientras Reino Unido apoya la pertenencia de Ucrania.