La primera respuesta que se viene a la mente es la lactancia materna, pero descubre qué hay detrás de ella en esta nota
Siempre se ha escuchado que los bebés amamantados, desarrollan un mejor sistema inmunológico en comparación con los alimentados a base de fórmulas, debido a los grandes beneficios de la leche materna, rica en vitaminas y minerales, capaces de actuar como un poderoso escudo contra enfermedades autoinmunes.
No obstante, se desconocían los mecanismos inmunológicos responsables de estos maravillosos efectos, descubiertos recientemente por investigadores de la Universidad de Birmingham, Reino Unido, quienes observaron por primera vez que las células T reguladoras, se extienden durante las primeras tres semanas de vida en los bebés amamantados, siendo casi dos veces más abundantes que en los alimentados con fórmula.
La investigación publicada en la revista Allergy, reveló que las células T reguladoras, también controlan la respuesta inmune contra las células maternas transferidas a través de la leche materna, ayudando a reducir la inflamación.
Como si esto fuera poco el estudio -apoyado por el Centro de Investigación en Microbiología y Reconstrucción Quirúrgica del Instituto Nacional de Investigación en Salud (NIHR SRMRC)- dejó al descubierto que las bacterias Veillonella y Gemella, encargadas de apoyar la función de las células T reguladoras, son más abundantes en el intestino de los bebés amamantados.
Ahora el reto de los expertos, es continuar estudiando este mecanismo biológico en niños prematuros y enfermos que desarrollaron complicaciones inflamatorias.