Una discusión subterránea que debería ser publica
Nací a finales del siglo XX, desde aquellos años hasta ahora con el camino andado del XXI todo ha cambiado de modos imposibles, entre muchas cosas he descubierto (con pruebas documentales al alcance de Google) que la marihuana no es el coco malvado, de hecho hay muchos países donde es absolutamente legal sin que esto sea motivo de guerras, más allá de señoras que crecieron atados por la corrección política que acompañada de las leyes y la buena sociedad sancionaban a los fumadores de marihuana como si de apestados se tratase. Desde que surgió la primera legalización con todas las de la ley, donde se daba el caso increíble de bares que en vez de licor expedían pipas cargadas de la maléfica yerba que describían mis padres basándose en la epopeya fatalista de la corrección política del momento (todos los años 80 y 90), las pocas veces que discutíamos el asunto, ya en el siglo XXI, en un como acto reflejo solo atiné a pensar que eso solo sucedía en el primer mundo, Uruguay decide legalizar, en Colombia despenalizan y además permiten el auto cultivo, USA, el martillo que aplasta narcotraficantes valiéndose de la DEA, legaliza la yerba en una gran cantidad de estados que incluyen su distrito capital , Canadá hace lo propio y en ambos casos hay una industria absolutamente legal cuya producción va de los sublime a lo vulgar, haciendo del vicio un asunto de mercadotecnia y opciones para el consumidor responsable, por ultimo México donde mi pobre madre ha terminado por pensar en escenarios apocalípticos cuando se tropieza con gente fumando mota, señoras comprando brownies mágicos , imagino que la pobre mujer está aterrorizada por la horda de marihuanos protegidos por la ley, cuando ella pensaba que solo es cosa del diablo, en fin, al parecer nada es como me lo contaban, resulta que puedes ser todo lo funcional del mundo siendo marihuanero, aunque los carteles continúan vivos ya las drogas duras son otro asunto más manejable porque reducen el campo de acción de los policías que han dejado de perseguir micro narcos para centrarse en cosas terroríficas como la coca , el fentanilo , la heroína y quien sabe cuantas más cosas alucinantemente malvadas sobran en los portafolios de los carteles.
Desde hace unos años los fumadores de cigarrillos no somos bienvenidos en casi ningún lado pero hay todo un impulso de marketing que promueve el uso de cannabis , vale, que si eso fuese en las calles de Caracas tendría la excusa de que en Venezuela cualquier locura puede ser realidad, por tanto podría ser un desafuero local para darle un poco de calma a los ciudadanos, pero resulta que todo se mueve en el primer mundo, de hecho en Latinoamérica está ganando terreno, por tanto toca investigar ; así descubro que tiene cientos de cualidades casi místicas apoyadas por múltiples estudios clínicos que declaran la veracidad de lo que aseguran, desde curar el cáncer hasta tratar enfermedades tan complejas como el alzhéimer , ayuda a recuperar la capacidad pulmonar, reduce los efectos nocivos de las quimioterapias, es funcional con la terapia del dolor, protege de efectos inflamatorios al cerebro previniendo en el camino hasta de derrames cerebrales a sus usuarios (un mundo sin ACV), reduce los eventos de salud mental derivados del estrés, ayuda a controlar las crisis epilépticas, disminuye la ansiedad, mejora el glaucoma, recupera al pulmón de los daños del tabaquismo y quien sabe cuántos otros misterios no develados en torno al cannabis. Otros estudios aseguran que acelera el deterioro de quienes sufren algún tipo de enfermedad mental que tenga que ver con la esquizofrenia , adelantando en varios años la aparición de las primeras crisis, ralentiza la coordinación y enlentece el funcionamiento normal de cualquier ser humano, sin embargo al preguntar a varios residentes de esos países, el reporte dice que casi nadie asiste drogado a sus labores profesionales , lo sienten como si fuese borracho a trabajar y hasta donde sé a nadie se le ocurre tomarse unos tragos y entrar con seis copas encima a su lugar de trabajo , eso lo dejan para después a menos que su faena lo permita, en cuyo caso ya es una convención entre empleador y patrono, imagino que el monitoreo de la salud mental incluye exámenes de despiste para evitar que los enfermos con esquizofrenia caigan víctimas , pero si no es el cannabis lo hará el alcohol así que el asunto es tratarla, no utilizarla como escudo para evitar el libre acceso a la ciudadanía.
Todas esas bondades que lo hacen varias veces superior y recomendable que cualquier pastilla con receta de esas que uno compra para bajarle dos a la intensidad del día, para los venezolanos de bien es una necesidad recurrir a la muy costosa farmacopea formal existiendo opciones naturales que de paso ya son legales en muchas partes del mundo. Hay algunos estudios recientes que aseguran una subida del consumo de cannabis en Venezuela, a pesar de estar prohibida como sustancia ilícita, penada hasta por encontrarte un miserable porro encima, que si te encuentran la matica en el fondo del jardín puedes ir preso por tiempo indeterminado bajo la acusación de narcotráfico en calidad de intención de venta, con cantidades que en otros países serian ridículas, con todo y la prohibición ha sido un gran éxito el cannabis entre los adultos venezolanos, no son todos, pero hay un pequeño grupo siempre en expansión de adultos consumidores, así mismo hay un número no determinado de compatriotas que podrían verse favorecidos por su consumo, en este país donde la medicina privada es un lujo y la publica un suplicio, dejar ventanas de sanación es ya un acto de benevolencia.
Sería interesante que las autoridades tomasen cartas en el asunto, miren más allá de lo tradicional y vean que el mundo entero está abriendo sus puertas (y leyes) para permitir que sus ciudadanos obtengan ventajas sobre estos raros tiempos, si el primer mundo se libera esa necedad de andar persiguiendo cosas que saben no van a poder exterminar, si hicieran delito fumar igual habría un gran cartel del Caribe haciendo millones vendiendo tabaco mientras sus sufridos gobiernos gastan millones en perseguir, castigar, encarcelar y hasta abalearse con los tabaco traficantes, igual sucede con la marihuana, en vez de seguir yendo a la saga del mundo entero en cuanto a tolerancias benéficas deberían pensar en legalizar, cobrar impuestos y reducir el tamaño del narco ilegal , cosa que todos los gobiernos agradecen pues generan ingresos extraordinarios que podrían fácilmente ser utilizados para dinamizar sectores como la salud y la educación tan de capa caída en los últimos años, otorgan empleos y como si fuese poco ayuda en el tema de salud mental y física, otros detalles que harían que Venezuela estuviese más cerca del siglo XXI y no en este eterno siglo XX que nos arropa.
José Ramón Briceño
17/02/2022