Usar menos café y molerlo menos son dos claves para lograr un buen expreso, pues el agua fluye más rápido
De acuerdo a la variedad y el origen del grano, va a depender la calidad de una buena taza de café, además de cómo haya sido el tostado y la química que hayan utilizado en el agua.
Sin embargo, el cómo se prepara juega también un papel preponderante en cuál va a ser el resultado del sabor en general del café.
De acuerdo a los baristas (expertos en la preparación del café), dicen que el tipo expreso es sin duda el método más complicado, porque requiere de mediciones exactas y precisas:
Para crear el perfecto café expreso un agua de calidad: preferiblemente usar agua embotellada y no del grifo.
La medida del café es muy importante: los baristas dicen que 7 gramos de café por taza es la cantidad justa que se debe consumir; la cuchara dosificadora de algunas cafeteras también ayudará a determinar la cantidad adecuada.
Coloca el café en el filtro: cuanto más fino esté el café más fácil de conseguir un resultado perfecto. Es imperante que el filtro esté en las mejores condiciones posibles, bien limpio.
El agua caliente a 90º y una presión de unos 9 bares durante 25 segundos serán suficientes para crear la bebida perfecta: se creará esa crema superior que solo el mejor café ofrece.
Poner o no azúcar es al gusto de cada persona, los cafeteros de verdad optan por degustarlo sin nada más.