Aunque los efectos negativos sobre la salud no se notan de inmediato, se deben tomar previsiones para proteger a la familia
En el hogar existen varias fuentes de radiación, como enchufes antiguos, adaptadores de teléfonos móviles, televisores, ordenadores, lámparas, entre otros objetos que podrían afectar la salud.
El experto Antón Yástrebtsev, director del laboratorio Ecología de la Vivienda, explicó para Sputnik que el impacto de la radiación electromagnética no se nota de inmediato y puede afectar particularmente el sistema nervioso central, endocrino, cardiovascular e inmunológico.
«Si los enchufes no están conectados a tierra, hay que tener en cuenta que cualquier dispositivo enchufado se convierte en una fuente de radiación electromagnética. Por ejemplo, si una lámpara de piso está apagada pero enchufada a una toma de corriente sin toma de tierra, será una fuente de radiación electromagnética», advirtió, haciendo referencia a la importancia de desenchufar los aparatos que no se estén utilizando y mantener una distancia de medio metro de ellos.
Lo mismo sucede con los adaptadores de teléfonos que están constantemente enchufados. «Si una persona duerme cerca de esa fuente durante meses o años, tendrá un impacto bastante fuerte. Es mejor que esté a más de medio metro de la cabeza».
Los cables de extensión si están enrollados, también son peligrosos. «Es mejor doblarlos menos y evitar que se entrelacen mucho. No los sobrecargue con electrodomésticos, porque si la red está muy cargada, la radiación electromagnética se extenderá a más de un metro y medio».
Yástrebtsev destacó que la mayor fuente de radiación en un hogar, es el cable o cableado que va hacia el «cuadro eléctrico».
«Cuantos más pisos haya en la casa, más cargado estará el cable y más radiación emitirá a una distancia de hasta cinco metros. Es mejor colocar los dormitorios lejos del cable y de modo que haya al menos tres metros entre el cuadro eléctrico y el apartamento», agregó.