El tribunal teme que el periodista, huya del país para no enfrentar la apelación de EEUU sobre su extradición
La jueza británica, Vanessa Baraitser, rechazó este 6 de enero conceder la libertad bajo fianza al activista australiano y fundador de WikiLeaks, Julian Assange, quien deberá permanecer en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh, Reino Unido hasta que se presente y se considere la apelación de Estados Unidos (EEUU) sobre su extradición.
Baraitser alegó -según reseñó Reuters- que la decisión se debió al temor de la existencia de «razones sustanciales para creer que si el Sr. Assange es liberado hoy, no comparecería ante la corte para afrontar el proceso de apelación».
La fiscal que representa a la Casa Blanca, Clair Dobbin, manifestó que no confía en Assange, quien si es liberado bajo fianza podría huir del país, teniendo en cuenta que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, le ofreció el pasado 4 de enero asilo político, luego de que Baraitser rechazara la solicitud de EEUU para su extradición.
EEUU desea juzgar al periodista por presunto espionaje y piratería informática en base a la publicación de documentos militares secretos y cables diplomáticos sobre las actividades estadounidenses en los ataques armados contra Irak y Afganistán en 2010 y 2011. Pruebas que dejaron al descubierto las irregularidades del Ejército estadounidense.
Baraitser explicó que tomó la decisión por temor a que Assange, se suicide si es extraditado.
Consideró que aceptar la extradición, sería una medida «opresiva» por la salud mental del activista, quien es un «hombre deprimido y a veces desesperado» con el «intelecto y la determinación» para eludir cualquier medida de prevención de las autoridades penitenciarias.
EEUU anunció para entonces que apelaría el fallo, mientras la defensa de Assange continúa exigiendo su liberación.
Assange de 49 años de edad, está arrestado en Reino Unido desde hace más de año y medio.
En abril de 2019, fue detenido en la embajada de Ecuador en Londres, donde permaneció en calidad de refugiado durante 7 años hasta que el presidente de Ecuador, Lenín Moreno lo entregó a la justicia británica.
En caso de ser extraditado, podría enfrentar hasta 175 años de cárcel.