Sanciones individuales, comerciales y de visado, forman parte de la larga lista de restricciones por el arresto del líder opositor
La Unión Europea (UE) y Estados Unidos (EEUU) impusieron sanciones este 2 de marzo contra Rusia por el caso del opositor Alexéi Navalny.
Entre los sancionados por la UE en cumplimiento de un reglamento relativo a medidas restrictivas contra «violaciones y abusos graves de los derechos humanos», destaca Ígor Krasnov, fiscal general; Alexánder Kaláshnikov, jefe del Servicio Penitenciario Federal; Víktor Zólotov, jefe de la Guardia Nacional; y Alexánder Bastrykin, jefe del Comité de Investigación.
EEUU no se quedó atrás en la imposición de restricciones, poco después del anuncio de la UE, impuso sanciones individuales, comerciales y de visado contra Rusia.
El Servicio Penitenciario Federal de Rusia, sustituyó el pasado 20 de febrero la condena de Navalny de libertad condicional por 3,5 años de prisión efectiva.
El juzgado, también decidió reducir su tiempo en la cárcel a 1,5 meses, teniendo en cuenta que entre el 30 de diciembre de 2014 y el 18 de febrero de 2015, estuvo bajo arresto domiciliario.
La decisión se debió a que Navalny no cumplió con sus obligaciones y evitó las inspecciones, mientras estaba en Alemania. Además, no se presentó ante el juzgado los días 13 y 27 de enero, 3 de febrero, 16 de marzo, 6 de julio y 17 de agosto del año pasado.
El pasado 17 de enero se desencadenaron protestas en Rusia, debido al arresto de Navalny en el aeropuerto de Moscú, cuando regresaba de Alemania, donde estuvo desde el 20 de agosto de 2020.
Para la fecha durante un vuelo que aterrizó de emergencia en la ciudad de Omsk, comenzó a sentirse mal y fue hospitalizado, siendo trasladado posteriormente a Berlín, donde el 7 de septiembre salió del coma inducido por presunto envenenamiento.
EEUU, la UE y otras naciones europeas, exigen a Rusia la liberación «inmediata» de Navalny, quien fue condenado junto con su hermano Oleg por haber estafado a la empresa Yves Rocher por más de 26 millones de rublos.
El supuesto envenenamiento de Navalny, aún es puesto en duda por Rusia que solicitó a Berlín facilitar las pruebas.