Cuentan para Sputnik que decidieron buscar zonas menos contaminadas para trabajar, adentrándose en altamar
A 25 días del derrame petrolero de la transnacional Repsol en las costas de Lima, Perú los pescadores artesanales ven lejos la posibilidad de volver a sus actividades.
«La gente cree que en pocas semanas esto se va a mejorar y de nuevo van a poder pescar, es una lástima que estén viviendo en una mentira porque cada vez va a ser más difícil que los peces se acerquen a esa zona. Hemos estado en toda esa zona y el mar no presenta mucha vida», advirtió para Sputnik el director de la Red Marina, Marco Munar.
El derrame petrolero tuvo lugar en la refinería La Pampilla del distrito limeño de Ventanilla. El pasado 29 de enero, Repsol publicó su nueva cifra de barriles derramados en el mar de Lima y estimó «10.396».
El cálculo de Repsol, no coincidió con el del ministerio de Ambiente que estimó 11.900 barriles derramados.
Inicialmente las estimaciones del 15 de enero -día del desastre ambiental- eran de 6.000 barriles.
Munar explicó que si bien la mancha de crudo es cada vez menos visible, el contaminante aún está en el lecho marino en forma de sedimento.
Indicó que Repsol optó por dar canasta con víveres a los pescadores y les ofreció trabajo para limpiar las playas, sabiendo que no están capacitados para esta labor.
Frente al panorama, algunos pescadores decidieron buscar zonas menos contaminadas para trabajar.
«No están pescando ahora en la zona afectada. Algunos están saliendo a altamar para poder capturar algo y muchos de ellos han sido contratados por Repsol para que ayuden a la limpieza. Nadie está calificado para limpiar nada y esto es peor porque hay zonas de anidación de aves y, sobre todo, el espacio de las madrigueras nutrias marinas», lamentó.
Destacó que la corriente de agua fría de Humboldt, la cual recorre la costa de Sur a Norte desde la mitad de Chile hasta la frontera peruana con Ecuador, es una de las más afectadas, incluso con la remoción de arena.