El módulo estará disponible para atender diariamente a un promedio de 2.000 migrantes de Centroamérica, el Caribe y África
El gobierno de México habilitó este martes un estadio en la ciudad de Tapachula, en el sur del país, para atender las solicitudes de asilo de miles de migrantes que llegan a la frontera sur.
El módulo estará disponible para atender diariamente a un promedio de 2.000 migrantes de Centroamérica, el Caribe y África para que puedan realizar solicitudes de asilo ante el gobierno mexicano, dijo a la prensa Alma Delia Cruz, delegada de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados en Chiapas.
«Esperamos atender diariamente, unos 2.000 extranjeros en las seis mesas de recepción, aunque podría ser menos el número de personas, debido a que algunos se movieron de Tapachula a otros lugares», dijo la funcionaria.
El lugar está resguardado por elementos de la Guardia Nacional.
La Comar habilitó también un sitio web para recibir solicitudes de refugio, aunque los migrantes deben presentarse con documentos para que se revise su identidad y la de su familia.
«Ahora podrán pasar y dar espacios a las nuevas llegadas (de migrantes a la frontera sur, porque siguen entrando a México», dijo la funcionaria.
Agregó que la protección del gobierno mexicano es para «aquellas personas que su vida o libertad se encuentra en peligro en su país de origen».
Sin embargo, la apertura del estadio para atender migrantes fue criticada por activistas.
«Es una simulación, se fraguó seguir deteniendo a los migrantes en Tapachula, a estarlos condenando a la cárcel migratoria Tapachula. Esa es la realidad, estos módulos son paliativos para hacernos creer que están haciendo algo para atender el éxodo migratorio», dijo el activista Luis Villagrán.
Huyendo de la pobreza y el caos, miles de migrantes buscan refugio en Estados Unidos. Sin embargo, muchos se han quedado varados en México sin poder continuar su viaje.
La crisis migratoria se agudizó en las últimas semanas cuando muchos migrantes, principalmente de origen haitiano, estuvieron agolpados en Ciudad Acuña, en el fronterizo estado de Coahuila, en el norte de México, mientras intentaban ingresar a Estados Unidos.