Varios laboratorios están trabajando en la vacuna para combatir el Covid-19, pero los puntos que aún no están claros son los referidos a su distribución y la jerarquización de qué grupos serán considerados prioritarios para recibirla.
Luego de meses de tropiezos y críticas, el gobierno del presidente Trump busca demostrar que puede implementar de forma rápida y equitativa una vacuna contra el Covid-19 para los estadounidenses, tan pronto esté lista.
Pero esto implica abordar otros desafíos difíciles como decidir quiénes serán los primeros en vacunarse, además de asegurar millones de jeringas y a su vez, convencer a las personas para que se vacunen.
El gobierno está tomando decisiones que han sido aplaudidas por muchos, como acudir a los principales funcionarios de salud y expertos en la industria para liderar los planes de vacuna, no obstante, aún causa preocupación que la llamada Operación Warp Speed continúe envuelta en cierto misterio. En este sentido, el Dr. Paul Offit, director del Centro de Educación sobre Vacunas del Hospital de Niños de Filadelfia, indica que “la transparencia siempre es buena”.
Cuando la vacuna esté lista y aprobada, no todos la podrán recibir de inmediato, sino que hay que decidir quiénes son los más vulnerables al virus y quiénes deben recibirla rápidamente. En este punto, Francis Collins, director de los institutos nacionales de salud de Estados Unidos, señaló que “las personas están un poco incómodas sobre que sea el gobierno quien tome las decisiones” al respecto.
Hay mucho a considerar, están las poblaciones vulnerables, los que están en centros de asistencia vital y cárceles, las personas que trabajan en lugares cerrados, los que tienen condiciones preexistentes, entre otros.
En este sentido, la Academia Nacional de Medicina espera tener sus recomendaciones para el público, entre agosto y septiembre. Por su parte, el Comité Asesor de Prácticas de Inmunización (ACIP, por sus siglas en inglés) de igual manera está elaborando unas pautas. Aún no se sabe si el gobierno tomará ambos documentos con recomendaciones o si seleccionará uno de los dos.
Por otra parte, los expertos en vacunas han criticado a la administración de Donald Trump por difundir una cronología poco realista en cuanto a la elaboración y aprobación de la vacuna. Sobre este aspecto, Ken Frazier, director ejecutivo de la farmacéutica Merck, dijo en una entrevista con Harvard Business School, que anunciarle al público que habrá una vacuna para finales del 2020, les perjudica enormemente, ya que no hay precedentes “de introducir vacunas rápidamente en medio de una pandemia” y eso es dar falsas esperanzas, lo cual podría dañar más la confianza del público hacia el Gobierno.
Adicional, se estima que una vez que la vacuna esté lista podría tardar entre seis meses y un año para distribuirla eficientemente entre la población.
El gobierno estadounidense, buscando optimizar dicho proceso con la Operación Warp Speed, se ha asociado con desarrolladores de vacunas para comenzar a fabricar y almacenar sus medicamentos antes de que finalicen los ensayos clínicos de seguridad y antes de que la Administración de Medicinas y Alimentos de Estado Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) haya aprobado las vacunas.
En el momento en que una vacuna sea aprobada, la idea es implementarla de inmediato. La estimación del gobierno es tener aproximadamente 300 millones de dosis de la vacuna contra el Covid-19.
Fuente: CNN en español