El pasado octubre en el mismo lugar encontraron los supuestos clavos con los que crucificaron al hijo de Dios
En el Jardín de Getsemaní en Jerusalén, un grupo de arqueólogos halló artefactos antiguos que cuentan con hasta 2.000 años de antigüedad, los cuales se creen pertenecen al periodo de Jesucristo.
Como si esto fuera poco, los investigadores también descubrieron las ruinas de un templo de la época bizantina que presuntamente fue construido en el siglo VI d.C. y funcionó 200 años.
Entre los objetos destacó la mikve, es decir, un depósito de agua para la ablución ritual que data de hace 2.000 años aproximadamente, informó la Autoridad Israelí de Antigüedades.
La mikve de acuerdo a la tradición cristiana, se asocia con el periodo de estancia de Jesuсristo en Jerusalén.
El organismo detalló –según reseñó Sputnik- que los artefactos históricos, se encontraron durante la “construcción de un centro para visitantes de la Basílica de las Naciones, así como de un túnel subterráneo que la conectaría con el valle de Cedrón”.
La Escritura Sagrada, indica que la iglesia está ubicada en el lugar donde Jesús rezó por el cáliz, la última noche antes de ser arrestado.
El pasado noviembre un niño encontró una cuenta de oro de 3.000 años de antigüedad en Jerusalén, la cual estaba bien conservada, a tal punto que se consideró pertenecía a la época contemporánea.
Un mes antes el geólogo israelí, Arie Shimron, aseguró que hallaron los clavos con los cuales crucificaron a Jesucristo. Además, anunció que el metal oxidado tenía restos óseos.