La acción conjunta, fue en respuesta a la misma medida tomada por el Gobierno de Rusia el pasado 5 de febrero
Alemania, Polonia y Suecia, expulsaron este 8 de febrero a un diplomático ruso respectivamente en respuesta a una medida similar tomada por el Gobierno de Rusia que 5 días antes declaró personas no gratas a 3 funcionarios de las naciones referidas por su presunta participación en las protestas del 23 de enero en Moscú y San Petersburgo.
En concreto, Polonia -según reseñó RT- expulsó a un empleado del Consulado General de Rusia en Poznan y precisó que la decisión, se debió al cumplimiento del «principio de reciprocidad y en coordinación con Alemania y Suecia».
Suecia hizo lo propio en contra del embajador de Rusia en Estocolmo, mientras que Alemania «declaró a un empleado de la Embajada rusa en Berlín persona no grata». Moscú, definió la acción como infundada.
El pasado 5 de febrero, la cancillería rusa, convocó a la embajadora sueca, al enviado de la embajada alemana y al encargado de negocios de Polonia para informarles sobre la participación de sus subordinados en las protestas a favor de la liberación del opositor Alexéi Navalni
Para Rusia las acciones de los diplomáticos europeos, fueron «inaceptables» e «inapropiadas para su estatus diplomático».
La nación euroasiática, manifestó además su deseo de que los Estados de la Unión Europea (UE) respeten «estrictamente las normas del derecho internacional».
Caso Navalni
Los hechos de violencia en el país, se desencadenaron el pasado 17 de enero, debido al arresto de Navalni en el aeropuerto de Moscú, cuando regresaba de Alemania, donde estuvo desde el 20 de agosto de 2020.
Para la fecha durante un vuelo que aterrizó de emergencia en la ciudad de Omsk, comenzó a sentirse mal y fue hospitalizado, siendo trasladado posteriormente a Berlín, donde el 7 de septiembre salió del coma inducido por presunto envenenamiento.
Estados Unidos (EEUU) la UE y otras naciones europeas, exigen a Rusia la liberación «inmediata» de Navalni.
Sin embargo, el pasado 14 de enero el Servicio Penitenciario Federal de Rusia declaró que el opositor violó los términos de una sentencia de 2014 que le impuso condena suspendida y libertad condicional.
Fue condenado junto con su hermano Oleg por presuntamente haber estafado a la empresa Yves Rocher por más de 26 millones de rublos.
El supuesto envenenamiento de Navalni, aún es puesto en duda por Rusia que solicitó a Berlín facilitar las pruebas.