El hambre azota a esta región del estado Zulia, donde la mayoría de los habitantes dependen del trabajo informal
Familias de la Guajira venezolana, luchan cada día para vencer el hambre en medio de una crisis económica signada por la hiperinflación y un salario mínimo integral de 10 millones de bolívares -equivalentes a 3,5 dólares- que no alcanza ni siquiera para costear la mitad de la canasta básica.
La mayor parte de las familias de esta región del estado Zulia, dependen del trabajo informal y desde la llegada de la pandemia del COVID-19, la situación económica empeoró.
Una trabajadora que se gana la vida llevando chatarra a Maicao, relató para Radio Fe y Alegría que mayormente desayuna una arepa sin relleno y arroz solo o con queso en el almuerzo. Si es posible se aliña con un cubito.
Manifestó que sus ingresos son insuficientes para mantener a una familia de 5 miembros, incluyendo un bebé de 2 años.
«A veces cuando no hay `cobres` compramos por punto y solo alcanza para un arroz, con eso comemos nosotros», lamentó.
Otros guajiros expresaron que cuando les «va bien» compran «muchísimos granos, y cuando llega un depósito a la tarjeta podemos cubrir lo de la carne y otras proteínas».
«A veces mi mamá compra 2 kilos de maíz, los molemos y como mi tía tiene una vaquita ahí a veces nos da un litro, litro y medio (de leche) y con eso preparamos la comida de la mañana», agregó una joven.
El trueque, se utiliza en la Guajira venezolana para sobrevivir y tratar de llevar a la mesa por lo menos uno de los 3 platos reglamentarios del día.
«Es verdad que no tenemos los nutrientes para el buen funcionamiento del cuerpo, pero la idea es sobrevivir sobre todo (sabiendo) que con esta pandemia se han cerrado tantas posibilidades para muchas personas», precisó una docente, madre de 4 niños.