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Gasolina subsidiada en Venezuela

Economista Anibal Araque

La ciencia económica (como cualquier otra ciencia) obedece a leyes que para el caso que nos ocupa tratan de predecir, dar respuesta, identificar variables y analizar así el intercambio de bienes y servicios dentro del mercado

¿Suena fácil? Quizá sí, sin embargo en la realidad tratar de siquiera entender la manera en la cual operan o razonan los agentes económicos, es algo bastante más complejo, por esto cualquier estructura de poder (institución, grupo de presión, asociación con fines económicas o Gobierno) que desee tratar de controlar el accionar de las masas, deberá entender cómo operan las mismas en las múltiples situaciones que los obliguen a decidir entre diversas posibilidades.

Dentro de la teoría económica  comúnmente llevada a la práctica, existe un mecanismo destinado a dinamizar la economía llamado subsidio esto  es; redistribuir recursos en una proporción distinta al equilibrio productivo, en lenguaje entendible implica destinar recursos a sectores que (por distintos motivos) no son capaces de producirlos en suficiente cuantía, para quien los recibe constituyen un ayuda (léase bien, ayuda) que puede ser a la Oferta o a la Demanda, la misma puede ser directa, indirecta, parcial o total. En todo caso su objetivo como se mencionó anteriormente, es estimular la economía al otorgar mayores posibilidades tanto a compradores como a vendedores.

Un subsidio debe ser una especie de diferencia entre el precio o el costo de un bien, y lo que el beneficiario posea para adquirir ese bien, lo que en lenguaje coloquial es la respuesta a la pregunta ¿Cuánto te falta para comprar tal o cual cosa?

Otro aspecto a destacar es que un subsidio en ningún caso es igual a un bono ya que este último trae consigo algún tipo de retorno (casi siempre interés) por el riesgo de invertir en dichos instrumentos, así que dista bastante de la terminología utilizada por entes gubernamentales venezolanos. Durante años en Venezuela, bien sea por motivos culturales, costumbre o cualquier otra cosa,  el tema del costo de la gasolina (subsidiado buena parte del tiempo) se había constituido en una especie de tabú, pues era algo dado, aceptado e intocable, sin embargo en los últimos meses se viene presentando una situación que obliga a reflexionar sobre los aspectos asociados al tema.

En primer lugar, el costo de este combustible parece no ir acorde a la evolución del nivel general de precios y más allá de preguntarse el motivo, parece pertinente tratar de dilucidar las implicaciones que ello trae pues existen medidas inevitables y cuyo rezago potencia los efectos negativosde las mismas.

En segundo lugar pero no menos importante, parece no existir otro medio de transporte de materiales y mercancía distinto al parque automotor terrestre, pues no hay ferrocarriles activos para tales fines, el transporte marítimo es (salvo el caso insular) casi inexistente y el transporte aéreo de mercancía prácticamente es desconocido; por lo tanto ante el incremento en el precio del combustible, lo primero que debemos internalizar es que lógicamente se avecina una escalada en el nivel general de precios con las implicaciones inflacionarias que eso trae.

Ya en este caso, quizá el Gobierno ofrezca algún tipo de bonificación o subsidio, pero no es menos cierto que en el ámbito económico todo está o al menos tiende al equilibrio, por esto la cuantía de cualquier subsidio debe ser trasladada a alguien, pero ¿Quién es ese alguien? Simplemente el consumidor final pues en cualquier transacción está al final de la cadena de distribución; es decir, en términos agregados todo subsidio (lo mismo para una bonificación) siempre será trasladado al consumidor final.

Por lo antes expuesto el incremento de uno de los insumos productivos indirectos y generalizados como lo es el combustible, traerá a su vez un efecto espiral ya que cada participante dentro de la cadena productiva y de distribución realizará ajustes para compensar sus costos, esto para cada nivel creando un efecto exponencial.

Así que estimado lector, de ahora en adelante cada vez que escuche, lea o considere las bondades de algún subsidio o bono, entienda que en cualquier mercado (como sistema económico) nada es gratis y alguien debe pagar por las cosas, por lo que usted y yo como actores dentro de dicho mercado no saldremos ilesos de la vorágine económica que se avecina para nuestra nación.

@econ_araque

Economista – perito – asesor

anibalaraque@gmail.com

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