No es exagerado considerar que Bitcoin es revolucionario. Estamos en un período único y privilegiado donde podemos hacer algo ambicioso y disruptivo: revolucionar el dinero.
Jack Mallers, creador de la cartera de ZAP.
el universo económico digital está lleno de promesas, los más avispados saben que todo lo que parece muy bonito, usualmente esconde alguna suerte de estafa, tanto más en este nuevo modelo económico cuya simplicidad de uso está opacada por la complejidad de los sistemas informáticos (software, hardware, filosofías y tecnosofias varias) de las que se valen muchos para deslumbrar al público interesado con promesas de paraísos inexistentes a los que solo usted va a tener acceso solo si llama (compra, solicita) ahora, tal cual televentas, el valor básico del estafador está precisamente en el manejo de la información, eso sucede en todos los ámbitos de la vida, más aun en la economía , sobre todo en estos tiempos donde lo digital permite que no tenga que dar la cara y si lo hace puede disfrazarse bajo mil capas que esconden sus verdaderas intenciones.
Ante este panorama es fácil desechar la idea, muchos piensan que con lo fiduciario se bastan y se sobran para sus operaciones lo peor es que algunos hasta alegan no ser millonarios para andar pensando en entelequias de criptoeconomía, Blockchain, Bitcoin, altcoin o cualquiera de las mil formas en las que los sistemas digitales puedan ser utilizados, eso de la inexistencia de un tercero confiable (bancos o similares) que normen la actividad, la suponen fácil coto para que los estafadores cacen incautos, nadie con un mínimo de inteligencia se presta para ser estafado. La mejor forma de evitar es recurrir a la información, al final, sin ánimo de especular, lo único complicado de todo el asunto con las criptomonedas es la tecnología que las maneja, pero eso al final no nos interesa a menos que seamos programadores, de resto solo tenemos que asumirlas como un recurso más, al alcance de la mano y la mejor parte es que estas herramientas de uso hacen parecer la mejor opción debido a las muchas libertades que permiten.
Digamos que queremos adoptar cualquier criptomoneda como modo de pago, en principio ni siquiera necesitamos un punto de venta, tampoco hacer inversiones extraordinarias para ponerlo en práctica y transformar esos criptos en moneda fiduciaria (Bolívares, Dólares o lo que se le ocurra) es cuestión de no más de diez minutos, como si fuese poco las mismas plataformas de intercambio organizan el intercambio de modo tal que tanto el que vende como el que compra pueda tener la seguridad de que su operación será exitosa , sin gestores, representantes, pasarelas de pago intermedias ni comisiones exorbitantes.
En Venezuela tenemos el Petro, mucho se ha hablado de este criptoactivo, no siempre en buenos términos, aunque por acá creemos que la mayoría son infundados por el desconcierto ante la inexistencia de un ecosistema que permita intercambiarlo por otros criptos más “comerciales”, esto ha ido cambiando desde que las empresas aeronáuticas (aerolíneas) y náuticas (empresas navieras) están cancelando los aranceles de uso con Petros, eso traerá en un futuro no muy lejano que este criptoactivo termine ganando valor además de transabilidad por otros, lo que le permitiría un libre flujo sin tener en cuenta fronteras ni otra limitación dada por factores políticos, volviendo al activo un valor tan confiable como el Bitcoin, su hermano mayor. Cuando hablamos de criptomonedas siempre hay alguien que alega no tener treinta y ocho mil dólares para comprar un Bitcoin, ciertamente visto así parece como muy cuesta arriba el asunto, sin embargo se puede comprar una fracción , desde el equivalente a 10 dólares hasta el cripto completo, esa fracción la llamamos Satoshi , por lo que hasta como forma de ahorro al alcance de todos funciona, eso sin hablar de otras criptomonedas de menor costo unitario que van desde 0,5$ hasta el de más valor como el Bitcoin, ante ese panorama no hay excusa que valga.
A pesar de la mucha desinformación y el número no determinado de estafadores que andan a la caza de incautos , la mejor prueba de que en Venezuela están reaccionando ante esa realidad lo vemos en la cantidad de Bolívares que se invirtieron en Bitcoin , en Diciembre pasado se transaron en la plataforma LocalBitcoin un total de 7.1 billón de bolívares que generó la compra de 138 BTC, no tenemos información de cómo se sumaron porque fácil podíamos pensar que esta cantidad de Bitcoin es realmente la suma de muchos satoshis o por el contrario 138 multimillonarios refugiaron sus fondos allí, al final eso tampoco importa, lo realmente relevante es que en el país estamos integrándonos al movimiento económico global de forma paulatina.
Como conclusión quisiéramos puntualizar algunos asuntos de suma importancia, el primero es que la criptoeconomía llegó para quedarse por lo que no nos extrañaría mucho que en poco tiempo nos despertásemos con la noticia de que el Petro es la moneda oficial, eso debería darnos alegría pues con ello se acaba el drama de la dolarización y sus excusas para agravar una ya de por si complicada situación económica, cuando podamos hacer intercambio libre con otros criptoactivos habremos superado con creces la crisis , integrándonos de lleno en el mundo de la economía globalizada que tanto se hace necesario en estos momentos, la única cosa que podemos hacer es informarnos sobre el funcionamiento de los sistemas de la economía criptográfica (criptomonedas y blockchain) para evitar a los estafadores, por otra parte no debemos dejarnos sorprender por los complejos mecanismos de la tecnología, eso es secundario, lo que importa realmente es lo que podemos lograr con ello y la simplicidad de las plataformas , por ultimo tenemos que estar claros que para invertir en criptos no se tiene que ser millonario , es mejor plan que ahorrar bajo el colchón y como si fuese poco genera más intereses que cualquier cuenta bancaria del mundo.
Alwin Abreu
Director Ejecutivo de AAB asesorías, empresa dedicada a elaborar estrategias económicas basadas en el entorno de la criptoeconomía .