Se recomienda que la ropa que utilizamos a diario debe colocarse en espacios más abiertos y así evitar el continuo roce con las paredes
La humedad es una de las mayores adversidades a la que nos enfrentamos habitualmente. Ninguna vivienda está a salvo de su aparición, pudiendo afectar nuestras prendas de vestir.
El hogar está expuesto a distintas adversidades. Una de las cuestiones que solemos plantearnos es la siguiente: ¿cómo afecta la humedad a la ropa del closet?. Si no queremos echar a perder nuestras prendas y tener que deshacernos de ellas, es mejor que pongamos sobre la mesa soluciones efectivas.
La prevención es la mejor manera de evitar los problemas; sin embargo, puede ocurrir que, sin darnos cuenta, la humedad llegue hasta nuestra casa y suframos las consecuencias.
En el caso de que no hayamos sido previsivos y si hemos llegado a un punto de no retorno, lo ideal es conocer y analizar los inconvenientes de la humedad dentro del armario y qué soluciones son aplicables, sobre todo si son empotrados.
¿Cómo accede la humedad al armario?
El armario es un mueble que generalmente se sitúa junto a la pared. Esto implica que no logremos ver correctamente lo que ocurre justo detrás; en otras palabras, queda una zona vacía y desprovista de control.
Cuando la humedad accede a la vivienda se percibe de forma directa y, además, produce un olor característico. En el caso de que se alce un mueble de madera donde aparezca, la humedad y el moho que se desarrollan van a expandirse con carácter invasor.
En este sentido, hay que tener en cuenta que el esparcimiento por todo el material se producirá de forma contundente y, por supuesto, afectará a todo aquello que guardemos en su interior. Incluso, irrumpiendo sobre los tejidos.
¿Cómo afecta la humedad a la ropa del armario?
Lo primero que debemos conocer es la manera en que afecta la humedad a la ropa del armario. A partir de ahí, podremos saber cuáles son las medidas oportunas para poner solución a este grave conflicto. Veamos 4 problemas a los que se enfrenta nuestro vestuario:
- El más grave de todos es, evidentemente, el deterioro del material. No importa el tipo de tejido de la prenda (lino, algodón, polipiel, cuero…), cualquiera puede ser invadida por la humedad y ver destruida una gran parte de su superficie.
- El moho es un agente nocivo que irrumpe en la madera y la ropa y, en ocasiones, es invisible. Suele tener distintas apariencias pero, habitualmente, se manifiesta a través de puntitos oscuros ya sea por la parte externa como interna. En la ropa oscura, puede verse con tono blanquecino.
- El mal olor es otra de las afecciones a las que se enfrenta el armario. Al ser un espacio cerrado, la humedad va a producir un aroma intenso que absorbe también la ropa. De hecho, para quitarlo hay que hacer varios lavados y, a veces, tampoco se consigue eliminar.
- Las prendas de vestir necesitan un ambiente seco; en cambio, cuando se caldea y tiene humedad, suele apreciarse un efecto mojado, algo que no le beneficia en absoluto. A largo plazo, las texturas y las formas pierden su apariencia original.
Soluciones preventivas si la humedad afecta a la ropa
No cabe duda de que la mejor manera de evitar la aparición de humedad es conociendo la casa: cómo se ha construido, los materiales empleados, el posicionamiento geográfico, las adversidades a las que se enfrenta, etc. Hay que tener especial cuidado con la madera.
Tampoco hay que dejarla descuidada; es necesario observar y estar vigilantes. Muchas veces cuando nos vamos de vacaciones una larga temporada, si dejamos la casa vacía durante varios meses o si la dejamos cerrada, no vamos a comprobar cuál es su situación y la humedad tiene vía libre para presentarse.
Si tenemos una humedad en la pared, antes de que pase al armario es preciso que la quitemos y apliquemos bloqueadores. En el caso de que acceda al mueble, debemos restaurar la madera inmediatamente. Todo el tiempo que perdamos va en nuestra contra.
Otra manera de proteger la ropa del closet
En el caso de que nuestra ropa haya estado en una situación de riesgo, debemos buscar otras fórmulas para protegerla. Existen fundas para guardar la ropa. Puede resultar incómodo ponerlas en todas las prendas; por tanto, podríamos recurrir a esta solución para trajes y vestidos que no nos ponemos habitualmente.
La ropa que utilizamos a diario es mejor que se sitúe en espacios más abiertos de los armarios y que no estén rozando continuamente con las paredes. De todos modos, lo mejor es que la casa esté bien aislada.