De esta manera, estos recursos tecnológicos son para hacer respetar estrictamente las medidas de confinamiento y evitar contagios
En China están utilizando robots para entregar las comidas y cámaras para vigilar las entradas y salidas del domicilio. De esta manera, estos recursos tecnológicos son para hacer respetar estrictamente las medidas de confinamiento y evitar una nueva ola de contagios.
El país, donde surgió el nuevo coronavirus, ha controlado en su suelo la enfermedad covid-19. Pero las autoridades temen que los casos importados por viajeros llegados del extranjero, mayoritariamente chinos, puedan hacer resurgir la epidemia.
Mientras tanto, en Pekín, todas las personas procedentes de Hubei, provincia cuya capital es Wuhan, el epicentro de la epidemia, así como las zonas de China consideradas todavía de alto riesgo, deben permanecer en cuarentena durante 14 días en sus domicilios o en lugares designados. En un hotel de cuarentena en el centro de la capital china, un guardia se asegura de que nadie salga de su cuarto.
Los únicos movimientos que se permiten en los pasillos son los de un robot cilíndrico de un metro de altura que distribuye botellas de agua, comida y paquetes a las personas confinadas. La máquina puede tomar el ascensor sola y marca, una vez llegada a su destino, el número de teléfono de la habitación para informar de su presencia.
«Buenos días, es su robot de servicio. Su pedido está frente a la puerta de su habitación», avisa una misteriosa voz infantil. El vientre del robot se abre, el confinado recupera los artículos y el autómata se va.
Alarmas, cámaras y delaciones
Este sistema tiene la ventaja de limitar al máximo los contactos entre el personal y los clientes, potencialmente infectados. Los médicos cubiertos íntegramente que vienen cada día a tomar la temperatura, son los únicos humanos con los que los confinados, entre ellos una periodista de la AFP de regreso a Hubei, tienen contacto físico.