El quásar 3C 279 se encuentra a 5.000 millones de años luz de la Tierra. Los astrónomos identificaron el objeto como un quásar porque detectaron un punto de luz increíblemente brillante en su centro
El año pasado, un equipo internacional de astrofísicos presentó a la humanidad algo que hasta hace poco se consideraba imposible: una imagen de un agujero negro situado en el centro de la galaxia Messier 87 (M87), a unos 55 millones de años luz de la Tierra. El mismo estudio, realizado simultáneamente en ocho observatorios astronómicos de todo el planeta, aportó también las imágenes de otros cuerpos celestes, como por ejemplo el quásar 3C 279.
Un quásar es un fenómeno que ocurre cuando un enorme agujero negro ubicado en el núcleo de una galaxia comienza a absorber toda la materia que se encuentra a su alrededor, y se cree que los quásares pueden liberar una energía similar a la suma de energía liberada por más de un centenar de galaxias de tamaño medio.
El quásar 3C 279 se encuentra a 5.000 millones de años luz de la Tierra. Los astrónomos identificaron el objeto como un quásar porque detectaron un punto de luz increíblemente brillante en su centro. Ese punto marcaría los chorros de partículas en el lugar donde el agujero negro, que contiene aproximadamente la masa de mil millones de soles, escupe el material que no puede absorber.
Con una resolución sin precedentes, el conjunto de telescopios unidos en la red denominada Event Horizon Telescope o Telescopio del Horizonte de Sucesos acaba de revelar por primera vez el origen de este fenómeno espacial increíblemente potente, aunque el objeto fue estudiado en abril de 2017, informa el portal Space.com.
Los resultados del estudio han sido publicados en la revista Astronomy & Astrophysics. El equipo comunicó el hallazgo de algo que no esperaban. A pesar de que se creía que el chorro que emana de un agujero negro es recto, observaron que en realidad es una estructura retorcida que cambia día a día. Los investigadores aún no saben cómo ocurre esto, aunque piensan que podría tener algo que ver con cómo los chorros se encuentran con el disco de acreción (un disco de gas y polvo que gira alrededor de los cuerpos celestes) que rodea el agujero negro.