Según estudio, las personas más propensas o vulnerables, son las que estuvieron hospitalizadas por presentar un cuadro grave
Los pacientes recuperados de COVID-19, pueden experimentar a largo plazo desde depresión hasta paranoia, reveló el experto en salud mental y profesor de la Universidad de los Andes, Chile, Roberto Amón.
Explicó que un estudio determinó que uno de cada tres pacientes recuperados de COVID-19, tenía secuelas neurológicas o psiquiátricas seis meses después del contagio agudo.
«Hay cada vez más evidencia de que el virus tiene impacto a largo plazo en la salud física, mental y neurológica. Son síntomas que los médicos vemos desde el inicio de la pandemia en Wuhan y que después de 12 semanas se los llama ‘COVID largo'», advirtió -según reseñó Sputnik- durante un encuentro virtual denominado, COVID-19 y sus efectos a largo plazo a nivel cerebral: Revisando nuevos datos.
Precisó que el SARS-CoV-2, es un virus que cuenta con «predilección» por el sistema nervioso central del cuerpo humano y otros tejidos.
Destacó que el trastorno más común en los pacientes recuperados, es la ansiedad, seguida de psicosis, infartos cerebrales, esquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno delirante o paranoia. Esto sin contar el registro de casos de demencia y parkinsonismo.
«En la parte psiquiátrica se detecta depresión y ansiedad en 25%; trastornos del sueño en 11%; y cuadro de salud mental no especifica en 7%», detalló, haciendo referencia a que las enfermedades más extrañas que se pueden presentar son paranoia y estrés postraumático.
Aclaró que los pacientes hospitalizados o con síntomas graves, fueron los que desarrollaron más cuadros de trastornos del ánimo y estrés postraumático.
En cambio, los que pasaron la enfermedad casi asintomáticos experimentaron consecuencias más leves.