Luego de haber llevado su arte a varios países de Latinoamérica, el oriundo del estado Miranda emigró a Suecia para convertirse en un reconocido y destacado artista en Europa
«Quería superarme. Venir de un barrio no era motivo para limitarme. Sabía que había algo bueno para mí», afirmó, desde Estocolmo, Suecia, ciudad donde se encuentra radicado actualmente. César comenzó su trayectoria en el mundo del tatuaje, a mediados del 2016. Le llamaba la atención todo lo relacionado al arte; se le dio muy bien la realizacion de graffitis.
El enfoque lo dirigía en trabajar, sin importar las pocas herramientas que tenía para ese entonces. Si de hablar de los comienzos se trata, el espacio para desenvolverse como tatuador era su casa, allí recibió a los clientes que creían en él.
Tenía poco tiempo de haber iniciado, cuando recorrió estudios como «Aika» (Caracas), «La Barbería Tattoo Panamá» (Panamá), Stattoos (Costa Rica), «Shangri LA» (Chile), en búsqueda de la suma de conocimientos, para ir tras la proyección en Europa. «Lo que más me costó, al iniciar, fue aprender las técnicas y perfeccionar los conocimientos que tenía. Hay quienes se les hace fácil cuando están empezando, pero conmigo no fue así. Me tocó aprender absolutamente todo, y aún lo sigo haciendo. En este medio, hay que mantenerse actualizado», añadió.
Y, precisamente, la constante búsqueda de superación le abrió las puertas en uno de los países más deseados por los expertos en la materia: Suecia, un país donde ha escalado desde pequeños peldaños hasta llegar a trabajar en el estudio, «Västerorts Bläck Tattoo» , en Estocolmo.
En la actualidad, se siente satisfecho con lo que ha logrado, pero siempre dispuesto a salir de la zona de confort. De presentar una oportunidad en otro país, asegura que la estudiaría y, de ser posible, la aprovecharía.
Desde su criterio y las experiencias obtenidas en estudios de Caracas (Venezuela), Panamá, Chile, Costa Rica y Suecia, percibí el tatuaje como una «interpretación», pues, no todos les dan el mismo significado a un diseño.
Partiendo de eso, las piezas que realiza son conocidas por el estilo «black and grey», aúnado de la autenticidad que le imprime a cada una de ellas. «De no tener nada, pasé a cumplir mis sueños. Hoy día hago lo que me gusta y espero seguir llevando el arte alrededor del mundo», concluyó.
Nota de prensa: Geraldine González Longet / @geraldinelonget
Fotos cortesía: @ember.cesar