La violencia racial prosiguió en las principales capitales de Estados Unidos mientras el presidente culpó de los disturbios a la extrema izquierda
La Casa Blanca apagó sus luces durante la noche del domingo, en medio de una fuerte protesta contra el gobierno estadunidense y de un toque de queda decretado por la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser. Las protestas iniciaron por el asesinato de George Floyd bajo custodia de un policía. Desde ese momento han demostrado su indignación con manifestaciones, pintas, fuego y destrozos. Exigen justicia y el fin del racismo.
El día 1 de junio del 2020 pasará a la historia como un monumental día, puesto que por primera vez desde 1889, la Casa Blanca apagó sus luces y su presidente, Donald Trump tuvo que ser refugiado debido a las intensas manifestaciones alrededor de la casa presidencial. La violencia racial prosiguió en las principales capitales de Estados Unidos mientras el mandatario culpó de los disturbios a la extrema izquierda, que personificó en el movimiento Antifa.
Pese a la declaración del toque de queda en al menos 40 ciudades del país y la activación de la Guardia Nacional en 15 estados y en Washington. Medios locales informaron este lunes que ante las violentas protestas, el Servicio Secreto, encargado de la seguridad del presidente, protegió el pasado viernes en el búnker subterráneo de la Casa Blanca a Trump. CNN señaló que Trump estuvo en el búnker cerca de una hora antes de regresar a la zona que le sirve de residencia, sin que se sepa si su esposa, Melania, y su hijo Barron le acompañaron.
Mientras tanto, el fiscal general, William Barr, aseguró en una declaración que ordenará a la Fuerza de Tareas Conjunta del FBI que identifique a los «grupos radicales y agitadores externos» que aprovechan estas protestas para «perseguir su propia agenda».
«La violencia instigada y llevada a cabo por la Antifa y por otros grupos similares en relación con los disturbios es terrorismo doméstico y será tratada en consecuencia«, advirtió Barr.