El sumo pontífice lamentó que se haya desarrollado una “globalización de la indiferencia” en la que la humanidad se ha vuelto incapaz de compadecerse
A propósito del Día Mundial de los Pobres que celebra la iglesia católica este 13 de junio, el papa Francisco denunció a quienes “tienen las manos en los bolsillos y no se dejan conmover por la pobreza”, de “la que a menudo son también cómplices. La indiferencia y el cinismo son su alimento diario”, como los vendedores de armas, los especuladores y corruptos.
El sumo pontífice incluyó a quienes “con el teclado de una computadora mueven sumas de dinero de una parte del mundo a otra, decretando la riqueza de oligarquías y la miseria de multitudes o el fracaso de naciones enteras”.
También criticó «a quienes para acumular dinero con la venta de armas que otras manos, incluso de niños, usarán para sembrar muerte y pobreza» o venden «dosis de muerte» para «enriquecerse y vivir en el lujo y el desenfreno efímero» o a los que «intercambian favores ilegales por ganancias».
El papa lamentó que se haya desarrollado una globalización de la indiferencia en la que “nos volvemos incapaces de compadecernos. No lloramos ante el drama de los demás ni nos interesa cuidarlos”, precisó.
En su mensaje, el Papa recordó a los católicos “que la oración a Dios y la solidaridad con los pobres y los que sufren son inseparables, para celebrar un culto que sea agradable al Señor, es necesario reconocer que toda persona, incluso la más indigente y despreciada, lleva impresa en sí la imagen de Dios”.
Y que, por tanto, “el tiempo que se dedica a la oración nunca puede convertirse en una coartada para descuidar al prójimo necesitado; sino todo lo contrario”.