Junta militar golpista no permite acceso de ayuda humanitaria a Kayah, cuyos habitantes necesitan agua y alimentos
En el estado Kayah de Birmania (Myanmar) se pueden producir «muertes en masa» como consecuencia del golpe de Estado contra el presidente Win Myint y la consejera de Estado, Suu Kyi, perpetrado el pasado 1 de febrero por el Ejército.
Así lo advirtió este 9 de junio a través de un comunicado -reseñado por EFE- el relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos en Birmania, Tom Andrews.
«Muertes en masa debido a hambruna, enfermedades y falta de cobijo en una escala que no hemos visto desde el golpe del 1 de febrero podrían ocurrir en el estado Kayah si no hay una acción inmediata», alertó.
Destacó que las fuerzas militares, están atacando indiscriminadamente a la población civil en esta localidad, impidiendo incluso la entrada de ayuda humanitaria, considerando que las personas requieren de agua potable, alimentos y medicinas.
Aunque la ONU se esfuerza por repartir la ayuda humanitaria, la labor es complicada principalmente por el difícil acceso a la zona y las restricciones de viaje impuestas por el Gobierno golpista.
Los soldados, también son acusados de colocar minas antipersonales en Kayah.
De acuerdo a la ONU, cerca de 100.000 personas fueron desplazadas en Kayah por la escalada de violencia entre el Ejército y los rebeldes que apoyan el movimiento prodemocrático.
Gran parte de los desplazados se refugiaron en los bosques, mientras otros decidieron partir hacia el vecino estado de Shan.
«Esta crisis podría empujar a la gente a cruzar la frontera (con Tailandia) en busca de seguridad, como ya se ha visto en otras partes del país», agregó.
El golpe de Estado, recrudeció los enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas y las guerrillas étnicas que reclaman mayor autonomía para sus regiones.
Desde el golpe de Estado, la represión suma hasta la fecha 857 civiles muertos, según balance de la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos.
El golpe de Estado, fue producto de las elecciones del 8 de noviembre de 2020, calificadas por el Ejército como fraudulentas.
Se trataron de los segundos comicios generales desde 2011, cuando se acabó el Gobierno militar. El partido Liga Nacional por la Democracia (NLD) liderado por Suu Kyi, se vio aventajado con 396 escaños de 476, mientras el Partido de la Unión, la Solidaridad y el Desarrollo -respaldo por los militares- obtuvo mínima representación en el parlamento.
La comisión electoral, negó que hubiera fraude, solo aceptó algunos errores que presuntamente no afectaron los resultados.