Las personas mayores tienen, básicamente, las mismas necesidades de sentir placer y bienestar que los niños, adolescentes, jóvenes y adultos
La sexualidad y sensualidad son dos fases diferenciales para la vida sexual del ser humano. A medida que van transcurriendo los años, se aprende y perfila hacia el placer de lo cotidiano, del cuerpo, del humor y disfrute mutuo, del amor de compañeros.
Las personas mayores tienen, básicamente, las mismas necesidades de sentir placer y bienestar que los niños, adolescentes, jóvenes y adultos.
Seguir siendo un ser sexual durante el proceso de envejecimiento debe considerarse un derecho fundamental significativo de la calidad de vida.
La forma en la que cada persona se siente y se desenvuelve como mujer o como hombre es un hecho que dura toda la vida, es su sexualidad.
La expresión de este hecho te ayuda a obtener placer, mediante la participación del cuerpo a través de los sentidos, es su sensualidad, que se alimenta de deseos y habilidades para atraer a alguien, su erótica, y se manifiesta en innumerables conductas, a veces compartidas y otras en solitario, su amatoria.
El placer no disminuye con la edad
Si hablamos de la parte sexual de las personas mayores, son muy activos, el interés por el sexo y el placer no disminuyen con la edad.
Las personas que piensan que la edad, es motivo para disminuir el deseo sexual es solo un mito. Esto no quiere decir que las prácticas sexuales tienen que cambiar la manera que se han disfrutado a lo largo de la vida, es posible que deban asumirse adaptaciones, en su caso, a determinadas limitaciones físicas y a efectos de enfermedades o medicamentos
Otro factor que no cambia es la imaginación, la estimulación sensorial y otras ayudas ambientales pueden incrementar la receptividad al placer y al encuentro.
Las personas mayores también frecuentas las tiendas sexuales para cubrir sus necesidades más frecuentes.
En el caso de los hombres los productos más solicitados tienen que ver con la erección, desde cremas de uso tópico a arneses peneanos. Entre las mujeres, aspectos relacionados con lubricación y fricción en relaciones coitales y estimuladores del erotismo como perfumes, lencería, masajeadores y juguetes.
Sin embargo, es necesario considerar que hay adultos que optan por no participar en actividades sexuales, y eso también es normal.