Bielorrusia contabiliza 2.100 extranjeros a la espera de ingresar, quienes se organizaron para que todo tenga «un final feliz»
Cientos de migrantes intentan este 15 de noviembre ingresar a la Unión Europea (UE) a través del paso fronterizo polaco de Bruzgui, informó -según reseñó EFE- el Comité Estatal de Fronteras de Bielorrusia.
El organismo difundió imágenes donde se observan a estas personas sentadas o de pie frente a la gran infraestructura del paso fronterizo en medio de la vigilancia de los guardias polacos.
De acuerdo al medio, parecen esperar que Varsovia les permita acceder pacíficamente a suelo comunitario. Desde temprano recogieron sus pertenencias con la esperanza de que la crisis en la frontera tenga «un final feliz».
«Los refugiados subrayan sus intenciones exclusivamente pacíficas (…). Al frente de la columna van mujeres y niños pequeños», señaló la agencia gubernamental.
Bielorrusia, aseguró que los inmigrantes se negaron a ser trasladados a sanatorios y cifró 2.100 extranjeros a la espera de entrar a la UE.
El presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, manifestó este 15 de noviembre que su Gobierno está dispuesto a devolver a sus países de origen a los migrantes, pero «ninguno quiere regresar».
Aclaró que no quiere «ningún conflicto» fronterizo con Varsovia y es Polonia la que necesita este conflicto».
La mayor parte de los migrantes son de origen kurdo, procedentes de Siria e Irak. El pasado 8 de noviembre, llegaron a la frontera con Polonia y provocaron una crisis.
Más temprano los ministros de Asuntos Exteriores del bloque aprobaron un nuevo paquete de sanciones contra Biolorrusia por su presunta vinculación con la crisis migratoria en Polonia.
En respuesta Lukashenko prometió responder con dureza a la UE, aunque el presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió este 13 de noviembre a Minsk que el cierre de la llave del gas al bloque perjudicaría las relaciones bilaterales