Su hija Carolina Ribera, espera que el relator especial de la ONU, la visite para promover el fin de su detención
La expresidente interina de Bolivia, Jeanine Áñez, suma 8 días de huelga en hambre y espera que el relator especial para la Independencia de Jueces y Abogados de las Naciones Unidas, Diego García-Sayán -quien llegó al país esta semana- la visite en la cárcel donde se encuentra.
«Mi madre sigue con esta determinación (la huelga) y va a seguir porque ella tiene la convicción de que es la única manera de frenar la injusticia y de que se respeten las leyes en Bolivia», manifestó la hija de la expresidente interina, Carolina Ribera, reseñó EFE.
Confirmó que en la víspera, Áñez envió a la oficina de Naciones Unidas información que contiene unas «diecisiete pruebas» que demuestran «las injerencias del poder político» en la situación legal que enfrenta la exmandataria.
En un fragmento de esos documentos, publicados en las redes sociales de Áñez, se menciona la «inexistencia» de la autonomía de la justicia y se cuestiona que se le hayan abierto procesos por la «vía ordinaria» cuando, considera, debían proceder procesos de responsabilidades previamente autorizados por el Parlamento.
El texto también indica que Áñez reitera la solicitud que el pasado 5 de enero hizo a García-Sayán de «una visita personal a la prisión» en la que se encuentra hace 11 meses en detención preventiva.
«Estamos esperando la confirmación de la visita del relator García-Sayán (al penal) y yo le pido a él que lo haga por humanidad, que lo haga para salvar la vida de mi madre», expresó.
Áñez inició la pasada semana una huelga de hambre con la finalidad de atraer la acción de organismos internacionales y como «último recurso» para que se levante su detención.
Se encuentra encarcelada desde marzo de 2021, inicialmente por un primer proceso llamado «golpe de Estado I» acusada de sedición, terrorismo y conspiración con el que primero se le aplicaron 4 meses de detención y luego se ampliaron a 6.
Posteriormente se abrió el caso «golpe de Estado II» por el que se añadieron otros meses más de detención por acciones que tomó cuando era segunda vicepresidenta del Senado para colocarse en línea de sucesión y asumir la presidencia tras la renuncia del presidente, vicepresidente y las cabezas del Senado y la Cámara de Diputados.