Científicos determinan que pertenecía a un hombre de entre 40 y 50 años de la cultura sicán que existió entre los siglos IX y XIV
Investigadores descubrieron sangre humana en una máscara dorada del período del Perú preincaico, hallada hace más de 30 años en la tumba de un hombre de la élite por un equipo de arqueólogos británicos y estadounidenses, dirigido por Izumi Shimada.
De acuerdo a las estimaciones de los expertos, el sujeto tenía entre 40 y 50 años y pertenecía a la cultura sicán que existió en el país entre los siglos IX y XIV, asentada a lo largo de la costa Norte.
Se encontraba sentado boca abajo y su esqueleto estaba pintado de un pigmento rojo brillante que también cubría la máscara de oro del cráneo desprendido.
Se estima que la máscara data de hace 1.000 años, un período en el que se fabricaron objetos pintados de oro y otros metales preciosos.
Para el momento del hallazgo, los científicos calificaron el colorante de cinabrio, como un mineral de sulfuro de mercurio cuyo color varía desde el rojo escarlata hasta el rojo amarronado. Las pinturas a su base, se utilizaban entre las élites sociales y servían como artículos de valor ritual.
Sin embargo, más tarde, Luciana de Costa Carvalho, James McCullagh y sus colegas, se interesaron en su composición y estudiaron una pequeña muestra a través de un análisis por espectroscopia de infrarrojo que reveló la presencia de 6 proteínas humanas, incluyendo la albúmina sérica y la inmunoglobulina G, un tipo de anticuerpo sérico humano.
Además de las proteínas, también se identificaron otras procedentes de las claras de huevos -tipo aún desconocido- como la ovoalbúmina.
En concreto, la presencia de sangre humana respalda la teoría de que los esqueletos fueron colocados de la manera hallada para satisfacer el deseo del «renacimiento» del difunto líder del reino sicán, reveló un estudio publicado en el Journal of Proteome Research.
El pigmento rojo que contiene sangre humana, simboliza su «fuerza vital», concluyeron los investigadores.