El escritor y fotógrafo venezolano, narra cómo en este rincón del tercer mundo, la gente se vio envuelta en una novela muy distópica
Memorias de la pandemia: Crónicas de la cuarentena en Venezuela, es el título del nuevo libro del escritor y fotógrafo venezolano, José Ramón Briceño Diwan, quien en 47 relatos no ofrece recetas milagrosas, ni mucho menos hechizos mágicos para combatir al SARS-CoV-2, sino todo lo contrario, brinda al lector un maravilloso compendio de reflexiones sobre las limitaciones diarias que se deben enfrentar en una nación, sumergida en el profundo abismo de la injusticia y desigualdad social, donde la «ficción es más creíble que la realidad».
Narraciones que van más allá del análisis pragmático para exponer un contexto abrumador de crisis sanitaria, tomada a la ligera -en rasgos generales- por un pueblo acostumbrado a las vicisitudes.
«Estos textos, son el resultado de los primeros 8 meses de locura, donde pasamos sin besito, ni te quiero a una normalidad forzada, donde nadie sabe nada. Reúne muchos relatos sobre lo que sentía un venezolano cualquiera ante la sorpresa de verse inmerso de repente -en este rincón del tercer mundo- en una novela más distópica de lo que la política nos tiene acostumbrados», explicó para Noticias Caracas.
En 2018, se convirtió en el Embajador del Idioma Español
Tras ser interrogado sobre cuál es el objetivo de su trabajo como creador, manifestó que contribuir con la «construcción de un mundo mejor sin dogmatismos, donde la gente solo crea en su intelecto y punto, trabajando en función de él».
«Yo solo quiero dejar mi aporte desde las áreas del conocimiento, no quiero terminar solo siendo abono orgánico, cuando mueres tienes que dejar algo atrás», agregó el también docente universitario, cuyo único gran sueño no es la efímera fama, sino lograr vivir plenamente de la escritura y la fotografía, definidas en conjunto, como herramientas que permiten transmitir diferentes visiones del mundo para terminar, convirtiéndose en arte.
«Como escritor y fotógrafo, estoy empeñado en registrar el mundo y por supuesto que la gente también lo haga, dejando testimonios sobre su realidad», destacó, al tiempo que catalogó ambos oficios como eclécticos porque están interconectados entre sí, sabiendo que todo, es una ficción y el conocimiento va más allá de lo perceptible a simple vista.
Sus reflexiones dejan de lado la lógica para abrirle paso a lo increíble e inimaginable
A su juicio en Venezuela lamentablemente, existe una «pausa aparente en el ejercicio de la intelectualidad», producto de una sociedad inmersa en el mundo vertiginoso de la tecnología, donde predomina no solo la inmediatez y la imposición de patrones de conducta, sino también el subdesarrollo de la conciencia que actúa como un poderoso freno para frustrar el crecimiento social, político, económico, educativo y cultural.
«Los espacios para la crítica que es la definición verdadera del arte, necesitan ser utilizados porque si no lo hacemos, tendremos problemas graves en un futuro cercano. Vemos muchos trabajos superficiales con poca profundidad en el discurso», advirtió, haciendo referencia a que otra arista de este problema -al cual catalogó como pobreza cultural- es la falta de recursos para la investigación, considerando los altos costos de los libros.
Exorcizando la locura
«Escribo constantemente como ejercicio para exorcizar la locura», reveló Briceño Diwan, quien suma en su haber grandes obras literarias como: En busca de un mundo perfecto; Relatos de un balsero de asfalto: La vuelta a Sur América en 90 días; y Gabriel García Márquez, muchos libros una obra: La realidad ficcionada y vuelta fantasía.
Esto sin contar, Monólogos fotográficos: Reflexiones claves para entender la fotografía desde otra óptica; y Fotografía para principiantes: Manual inicial de fotografía digital.
La «demencia» de este hombre, oriundo del estado Aragua, también lo llevó a dejar el nombre de Venezuela en alto tras convertirse en 2018 en el Embajador del Idioma Español, reconocimiento otorgado por la organización Museo de la Palabra, perteneciente a la Fundación Cesar Égido Serrano con sede en España.
Como si esto fuera poco, ganó en 2010 el Premio de Periodismo Educativo, otorgado por la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) de Maracay. Además, ha participado en innumerables exposiciones más allá de nuestras fronteras, como la Feria Mundial de Arte en Ibiza, España (2002) y la II Bienal fotográfica en México (2015).
Actualmente, trabaja en varios proyectos, entre los que destaca la explicación de la fotografía a través de la lingüística y la escritura de cuentos grotescos, los cuales prevé concluir a finales de este año o a principios de 2022, donde aborda diferentes temas dejando de lado la lógica para abrirle paso a lo increíble e inimaginable.
«Soy un viajante porque decidí no pelear con el mundo, sino dejarme llevar por él, tomo lo que me sirve y lo demás lo desecho de manera voluntaria para sobrevivir a esta locura», sentenció.
Para disfrutar de las extraordinarias creaciones de José Ramón Briceño Diwan que son una excelente herramienta referencial en el mundo académico, puedes visitar sus blogs: Opiniones desde esta esquina del tercer mundo y Clases de foto.