La policía arrestó a seis hombres quienes son sospechosos de preparar secuestros, toma de rehenes, abusos graves y extorsión
La policía de Holanda descubrió una prisión improvisada en un almacén en Wouwse Plantage, en la frontera entre Bélgica y Holanda, mediante contenedores que incluía una “cámara de torturas” a prueba de ruidos equipada con sillón de dentista, pinzas, bisturíes y esposas. Este hallazgo se produce días después del desmantelamiento en Europa de una extensa red de comunicaciones encriptadas.
Tras este hecho, la policía arrestó a seis hombres quienes son sospechosos de preparar secuestros, toma de rehenes, abusos graves, extorsión y participación en una organización criminal. El macabro hallazgo fue realizado por funcionarios que seguían pistas generadas por datos de teléfonos que decodificó recientemente la policía francesa. Las policías británica y holandesa han arrestado a cientos de sospechosos sobre la base de los mensajes cifrados los cuales interceptaron 20 millones de mensajes.
El hampa holandesa, implicada en la producción y tráfico de drogas en gran escala, se ha caracterizado por su violencia creciente. La Fiscalía de Roterdam ha calificado el hallazgo como «impactante» y señala que, tanto si se trata de criminalidad organizada o de servicios secretos extranjeros operando en el país, seguirá las pistas hasta dar con ellos. De igual forma, la Policía incautó varios chalecos antibalas, uniformes oficiales y luces azules guardados en los contenedores y que sugieren que los detenidos intentaban hacerse pasar por agentes de policía para efectuar la captura de sus víctimas. También había escondidas siete armas pequeñas y un rifle de asalto automático, una variante china del Kalashnikov AK-47.
En esta última instalación había una silla de dentista en la que poder inmovilizar a la víctima con correas en los reposabrazos y reposapiés, y una serie de instrumentos de cirujano, además de alicates y tijeras de podar, junto a sierras de mano, esposas adicionales, pasamontañas y bolsas negras de algodón con las que se sospecha que los torturadores cubrían la cabeza de las víctimas
El pasado mes de abril, la Policía holandesa comenzó a tirar del hilo tras iniciar una investigación sobre un hombre de 40 años en La Haya, sospechoso de estar involucrado en redes de narcotráfico y en asesinatos a sueldo, de acuerdo con la confirmación de la jefa de la Policía Nacional holandesa, Jannine van den Berg.
El pasado 22 de junio, la Policía decidió finalmente intervenir, cuando las celdas parecían ya listas para su uso, y registró trece ubicaciones diferentes en Países Bajos, donde encontró también 24 kilos de éxtasis, varias furgonetas robadas, dos coches de alta velocidad y un total de 25 armas de fuego. Van den Berg sugiere que podría tratarse de un grupo criminal al que otras organizaciones contrataban para los trabajos más sucios, pero los detalles no se darán a conocer hasta que la Fiscalía tenga listos los pliegos de acusación.