Los «enchufados» con gran «músculo financiero» no respetan las normativas ambientales y mucho menos de bioseguridad
En medio de la pandemia del COVID-19, se realizan fiestas clandestinas y exclusivas en el Parque Nacional Canaima del estado Bolívar, debido a la ausencia de » políticas públicas», informó para Todos Ahora el especialista en medio ambiente y turismo, Fritz Sánchez.
Precisó que el único responsable de esta situación que atenta contra el medio ambiente y las medidas de bioseguridad, es el Estado, «principal promotor del caos, dado a su política pública que lo impulsa como principal gestor».
A su juicio en el país existe un sector más privilegiado que otro con luz verde para infringir las normativas en el Parque Nacional Canaima, donde la contaminación sónica afecta a la fauna silvestre.
«La carencia de un plan de ordenamiento, el incumplimiento del reglamento de uso de Canaima, agrava su situación ante los enchufados, pues la alta jerarquía tienen el músculo financiero, estos pueden disfrutar de las bondades escenográficas de Canaima» lamentó.
Destacó que el campamento Laguna de Canaima, es el preferido durante la cuarentena radical.
Se trata de un exclusivo paraje, «debido a su costoso y restringido acceso aéreo, sumado al control administrativo estatal».
Para Sánchez las «normativas comunitarias se han perdido en el socialismo del siglo 21. Además las protestas locales han sido silenciadas por el poder, así como los contagios de COVID-19 que las fiestas han generado».