A pesar de las bondades nutricionales de esta fruta, puede afectar la salud, si no se toman en cuenta las siguientes recomendaciones
La piña, conocida por sus innumerables beneficios para la salud que van desde la eliminación de las toxinas por su gran poder diurético hasta la reducción de la presión arterial debido a su contenido de potasio y sodio, provoca un efecto secundario que pocos conocen, reveló la dietista estadounidense, Erin Palinski-Wade, autora de Belly Fat Diet For Dummies.
Explicó que una taza de piña -además de ofrecer más de 100% del valor diario de vitamina C, entre otros nutrientes- también cuenta con una enzima llamada bromelina, concebida como un potente antiinflamatorio natural que contribuye con la curación de quemaduras, contusiones y tensión muscular.
Como si esto fuera poco, la bromelina reduce la inflamación en personas con artritis, mejora enfermedades en las encías, así como la sinusitis.
Sin embargo, la experta advirtió que el exceso de bromelina puede desencadenar problemas en la boca, garganta y estómago.
«Comer demasiada piña y por tanto demasiada bromelina, puede provocar efectos secundarios negativos como irritación de la lengua y sensación de ardor», informó -según reseñó Sputnik- haciendo referencia a que las personas sensibles a esta enzima, pueden experimentar náuseas, vómitos y diarrea.
Para evitar estos problemas recomendó consumir la piña asada, «ya que esto ayuda a descomponer la bromelina y reduce estos efectos secundarios».
«Si prefiere la piña fresca, recuerde que los niveles más altos de bromelina se encuentran en el tallo y el núcleo, así que evite comer piña cruda de estas partes para disminuir las posibles molestias», agregó.