Tokio planea comenzar en 2 años, el arrojamiento al mar de un millón de toneladas de agua contaminada aproximadamente
La cancillería china convocó este 15 de abril al embajador de Japón en Pekín, Tarumi Hideo para rechazar los planes del Gobierno nipón de verter al mar aguas residuales de la central nuclear de Fukushima que quedó destruida en marzo de 2011 por un fuerte terremoto y posterior tsunami.
En concreto Japón dio a conocer esta semana sus planes de arrojar más de un millón de toneladas de agua contaminada y prevé iniciar los trabajos en 2 años, mientras que todo el proceso tardaría décadas.
El océano Pacífico «no es el bote de basura de Japón» ni «tampoco una cloaca», expresó el portavoz de la cancillería china, Zhao Lijian.
«No deben esperar que el mundo pague la factura por el tratamiento de sus aguas residuales. Un funcionario japonés dijo que el agua está ‘bien para beber’, ¿Por qué no toma él un sorbo primero? No deberían fingir ser ignorantes», sentenció.
El operador de la planta de Fukushima, Tokyo Electric Power Co. (TEPCO) informó que la capacidad de almacenar el agua contaminada en tanques, alcanzará el límite en otoño de 2022.
Motivo por el cual, se planea verter el líquido para eliminar los isótopos. Supuestamente, dejarían solo el tritio, un isótopo radiactivo de hidrógeno difícil de separar del agua. Antes de bombearla al océano, TEPCO diluirá el agua hasta que sus niveles de tritio disminuyan por debajo de los límites reglamentarios, reseñó RT.
Los planes de Japón para resolver su problema nuclear, es mal visto por ambientalistas y la comunidad internacional sobre todo de países vecinos.