Varias naciones europeas esperan una declaración de la EMA sobre la seguridad del fármaco, debido a la aparición de casos de coagulación
Bulgaria se sumó este 12 de marzo a la lista de naciones europeas que suspendieron el uso de la vacuna contra el COVID-19 de la farmacéutica británica AstraZeneca por la aparición de informes sobre casos de coagulación en la sangre y otros efectos secundarios.
«Hasta que no llegue por escrito una declaración precisa y claramente confirmada de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) sobre si es posible o imposible usar la vacuna de AstraZeneca, exijo dejar de usar esta vacuna», sentenció -según reseñó RT- el primer ministro, Boiko Borísov.
Austria, Letonia, Lituania, Estonia, Luxemburgo e Italia suspendieron por precaución el uso de lotes de dosis, mientras que Dinamarca, Noruega, Islandia y Tailandia cancelaron la inmunización.
En base a los datos de seguridad del fármaco conformado por más de 10 millones de registros, calificados por edad y género, AstraZeneca alegó que hasta el momento no ha encontrado evidencias de riesgos mayores de embolia pulmonar o trombosis venosa profunda, signada por la formación de coágulos en la sangre.