Las aplicaciones Zoom, Teams y Houseparty, en el mes de marzo, rompieron récords en descargas en Estados Unidos y en otros países
A partir del confinamiento obligatorio adoptado por los gobiernos del mundo, para atacar la pandemia del coronavirus, ha hecho que las personas tomen sus hogares como espacio para laborar, usando las herramientas tecnológicas, para mantenerse en constante comunicación y así seguir a flote con las empresas.
Es por ello, que desde el comienzo de las cuarentenas, en marzo, AppAnnie reveló cifras de, aplicaciones como Zoom, Teams y Houseparty rompieron récords en descargas en Estados Unidos y en otros países del mundo.
Sin embargo, esto ha hecho que se tengan dudas sobre seguridad y privacidad en cuanto a las videoconferencias.
Los expertos recomiendan que al momento de descargar una aplicación de videoconferencias, no ingresen en enlaces de instalación sin verificar su procedencia. Por ejemplo, en el caso de Zoom, se ha registrado el uso de enlaces parecidos al oficial para hacer ataques de phishing y robar información
Uno de los factores más importantes para tener mayor seguridad a la hora de utilizar una plataforma es mantener el software actualizado.
Las aplicaciones más privadas
Las aplicaciones de videoconferencias más usadas, como: Zoom, Skype, Bluejeans, Hangouts, Teams o Jitsi; no tienen un cifrado de extremo a extremo para cumplir con los estándares de seguridad, pero esta última plataforma es la que más se acerca a un espacio seguro.
Jitsi maneja un propio servidor, en el cual es posible garantizar el tráfico cifrado y el ancho de banda necesario para soportar la videoconferencia. Algo que en términos de privacidad, sería la mejor opción.
Evite compartir datos
Es importante que se tenga en cuenta que siempre va a existir algún riesgo en este tipo de aplicaciones y lo mejor es que no se expongan los datos en ellas.
Se recomienda que se evite publicar fotos propias ni de sus familiares o amigos, así como información sensible en las videoconferencias, como lo pueden ser datos de tarjetas de crédito o la dirección.
Estos medios no son los ideales para transmitir datos confidenciales. Con esta información, ciberdelincuentes podrían suplantar la identidad y robar o extorsionar.